Ya no me importa mi dolor presente,
ya no me importa mi dolor pasado,
el porvenir lo espero indiferente...
lo mismo es ser feliz que desgraciado.
Sólo ambiciono de fastidio yerto,
cansado ya de perdurable guerra,
el acostarme en mi cajón de muerto
dormir en paz debajo de la tierra.
ya no me importa mi dolor pasado,
el porvenir lo espero indiferente...
lo mismo es ser feliz que desgraciado.
Sólo ambiciono de fastidio yerto,
cansado ya de perdurable guerra,
el acostarme en mi cajón de muerto
dormir en paz debajo de la tierra.
Antonio Plaza Llamas

No quieras mirar, tus ojos arenosos de lagañas pétreas ya no saben de la luz. Cayeron sobre ellos montañas de sombras derrumbadas y los párpados pegados ya no admiten lágrimas de redención.
Los brazos y las piernas, el cuerpo entumecido y seco se olvidaron del vaivén y el movimiento. Son años de yacer bajo la tierra, simulacro de una muerte sin adiós.
Trataste y no pudiste, soñaste y no supiste salir de ese sepulcro. La parca vuelve hambrienta a clausurarte al fin. Podrías perderte para siempre.

Sos vos, sos sangre aguzando los sentidos nuevamente, estímulo de una caricia sin cara que te empuja al camino de la historia. Sos carne, sos tiempo volviendo al ahora. Podrías perderte para siempre. Podrías volver para quedarte.